El conocimiento como responsabilidad

En palabras de Paulo Freire, “enseñar exige comprender que la educación es una forma de intervención en el mundo”. En el ámbito de la salud, esta intervención tiene un impacto directo en la vida de las personas. Por ello, el compromiso de quienes enseñan va más allá de compartir saberes: consiste en formar profesionales capaces, éticos y con pensamiento crítico.

Docentes de la salud que no solo dominan su disciplina, sino que entienden cómo se aprende, se convierten en agentes clave para transformar la atención médica desde la base.

De la práctica a la pedagogía: una transición desafiante

Muchos médicos, enfermeras, nutriólogos y especialistas comienzan a impartir clases por invitación o necesidad institucional, sin una preparación docente formal. Aunque su experiencia clínica es invaluable, enfrentan retos como:

• Diseñar sesiones claras y efectivas.

• Adaptarse a distintos estilos de aprendizaje.

• Evaluar sin sesgo y con criterios sólidos.

• Conectar la teoría con la práctica sin simplificar en exceso.

Esta transición requiere no solo voluntad, sino herramientas didácticas y metodológicas específicas para contextos clínicos y hospitalarios.

Enseñar en el sector salud: más que explicar

La docencia médica implica un enfoque distinto. No basta con explicar procedimientos o compartir anécdotas. La educación en salud demanda el uso de estrategias centradas en el estudiante, como el aprendizaje basado en problemas, simulaciones clínicas o discusiones de casos reales.

Además, el docente en salud debe ser guía, modelo y facilitador. Como señalaba Abraham Flexner, reformador de la educación médica moderna, “el propósito principal de la educación médica no es llenar la cabeza de los estudiantes de datos, sino enseñarles a pensar y a razonar clínicamente”.

¿Por qué capacitarse como docente en salud?

Invertir en formación pedagógica permite a los profesionales del sector salud:

• Potenciar la calidad de su enseñanza.

• Innovar en métodos didácticos dentro del hospital o el aula.

• Desarrollar proyectos educativos que impacten en su entorno laboral.

• Obtener mayor reconocimiento institucional y académico.

Un rol que transforma desde el conocimiento

Quienes enseñan en salud no solo forman colegas: fortalecen sistemas. La educación médica de calidad es uno de los pilares para mejorar la atención, reducir errores y promover una cultura de aprendizaje continuo. Por eso, hoy más que nunca, se necesita formar docentes preparados para enseñar con claridad, compromiso y visión.

Bibliografía

• Freire, P. (1996). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores.

• Flexner, A. (1910). Medical Education in the United States and Canada. Carnegie Foundation.

• Harden, R. M., & Crosby, J. R. (2000). The good teacher is more than a lecturer — the twelve roles of the teacher. Medical Teacher, 22(4), 334–347.

• OMS (2016). Transformando y ampliando la educación en profesiones de la salud. Organización Mundial de la Salud.
  
• Sandars, J., & Patel, R. (2015). The ABC of Learning and Teaching in Medicine. BMJ Books.